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¿Cómo reconocer una relación emocionalmente abusiva?

relaabusivasHoy traemos a tu alcance una breve publicación que intenta contribuir con tu bienestar emocional. Se trata de las relaciones emocionales y reconocer las señales que indican ser abusivas, limitando tu libertad de amar, ser o existir.

Es muy rápido reconocer un abuso físico o sexual, pero el abuso emocional es más difícil de identificar y peor aún de reconocer, por parte de la víctima.

Todos aquellos miedos, rechazos, abandonos, falta de mérito y vergüenza son puestos a la luz durante el abuso emocional.

Para reconocer algunas señales dentro de una relación emocionalmente abusiva es necesario preguntarse: “Actualmente mantengo una relación emocional en donde…

1.- Dudo constantemente de mí mismo (a).

2.- Empiezo a cuestionarme si soy demasiado (a) sensible.

3.- A menudo me siento confundido (a) y tengo dificultades para tomar decisiones simples.

4.- Me disculpo constantemente.

5.- No puedo entender por qué soy tan infeliz.

6.- A menudo excuso el comportamiento de mi pareja.

7.- Siento que no puedo hacer nada bien.

8.- A menudo me siento como si no fuera lo suficientemente bueno (a) para mi pareja.

9.- Tengo la sensación de que antes era una persona más segura, relajada y feliz.

10.- No me comunico con mis amigos y familiares, para no tener que explicar las cosas que me ocurren.

Dar el primer paso, auto examinarse, es siempre abrir una ventana por donde entrará un rayito de luz, por tanto es necesario (si es tu caso) dar el segundo paso buscar la ayuda de un especialista.

OrientaSer mantiene sus servicios de consulta online a tu disposición, escríbenos para atender tu caso en privado por el e-mail: orientaser18@gmail.com.

 

 

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Tips para detectar señales: «La depresión en el adolescente»

¿Sabías que la depresión afecta también a los adolescentes y está asociada a conductas suicidas?

fotojetHoy queremos entregarte algunos tips  para detectar señales del trastorno depresivo en el adolescente, a los cuales se requiere estar atento:

1.- Disminución del rendimiento académico.

2.- Déficit de  atención.

3.- Problemas para concentrarse.

4.- Decremento de la energía.

5.- Abandono de motivaciones.

6.- Baja autoestima.

7.- Alejarse de familiares y seres queridos.

Cualquier señal de estas puede ser asociada con un trastorno depresivo y debe ser tratado inmediatamente.

En OrientaSer contamos con un equipo capacitado y dispuesto en brindarle vía online las herramientas adecuadas para la atención del trastorno depresivo en el adolescente. Contáctanos!

Recuerda no subestimar esta realidad: “La depresión afecta a los adolescentes mucho más veces de lo que se cree” (BalMari 2018).

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¿Cuán empático eres?

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La empatía es una habilidad social presente en todo ser humano, aunque no siempre en el mismo nivel; lo importante es que puede ser potenciada y desarrollada.

Es precisamente en la infancia donde se inicia el desarrollo de esta habilidad social. En ese primer momento de la infancia los padres juegan un rol preponderante, ya que son ellos quienes satisfacen las necesidades afectivas de los hijos y les enseñan (aprendizaje) a expresar sus sentimientos; también a descubrir y comprender los sentimientos de los demás.

Es allí donde se hace muy importante la comunicación emocional en la familia; ya que la capacidad para ser empático se desarrollará más fácilmente en aquellas personas cuyas necesidades afectivas y emocionales han sido satisfechas o atendidas desde los primeros años de su vida.

Sin embargo, las habilidades empáticas –aun estando en déficit– como son producto de un aprendizaje, también se pueden potenciar y desarrollar. Por ello, te damos algunos tips que te ayudarán a descubrir cuán empático(a) eres y de seguro te conducirán a mejorar tus actitudes:

  1. Escuchar activamente: con la mente abierta y sin prejuicios. Ser respetuosos con los demás.
  2. Conectar con la otra persona: prestar atención y mostrar interés por lo que nos están contando, ya que no es suficiente con saber lo que el otro siente, sino que tenemos que abrirnos emocionalmente. Es algo increíblemente difícil y valiente, pero profundizará en la conexión con otra persona.
  3. Sentir lo que el otro siente: evitar convertirnos en expertos que se dedican a dar consejos, en lugar de intentar sentir lo que el otro siente.
  4. Interés por el otro: ejercitar el descubrir, reconocer y recompensar las cualidades y logros de los demás. Esto va a contribuir, no solamente a fomentar sus capacidades, sino que descubrirán también nuestra preocupación e interés por el otro.
  5. Opinión constructiva: dar nuestra opinión sobre lo que nos están contando de forma constructiva, sincera y procurar no herir con nuestros comentarios.
  6. Tolerante y paciente: ten buena disposición para aceptar las diferencias que hay con los demás. Ser tolerantes y pacientes con los que nos rodean y con nosotros mismos.

Seguramente has descubierto cuán empático eres, tal vez es deficitaria o muy por el contrario se encuentra bien desarrollada; lo importante es saber que esta habilidad social es potenciable y desde OrientaSer tenemos programas de entrenamiento donde hacemos de la empatía una capacidad para entender los pensamientos y emociones del otro.

Reconocer cuán empático eres y abrirte a esta experiencia, brindará a tu existencia bienestar. ¡Inténtalo!

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LA VERGÜENZA: EL GRAN SABOTEADOR DE MUCHOS DE MIS “Y SI…”

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La vergüenza supone así un alimento de miedo que anula nuestra pro-actividad y expresión propia.

La vergüenza nos hace agachar la cabeza, evitar la mirada y sentir calor irradiándose desde las mejillas hasta las orejas. La vergüenza es uno de los principales saboteadores personales, responsable de que no llevemos a cabo muchos de nuestros “y si…” con los que fantaseamos.

Pero… ¿de dónde viene y (sobre todo) a dónde va la vergüenza?

Nacemos y nos lleva un tiempo entender que no estamos solos en nuestra existencia. Hay personas que lo recuerdan y otros que no, pero es muy normal que durante el primer tiempo de vida tengamos la sensación de que el mundo gira a nuestro alrededor y que la única realidad verdadera es nuestra presencia.

Esa sensación se va difuminando a medida que desarrollamos, entre los 18 meses y 3 años de vida, lo que en psicología llamamos la intersubjetividad o teoría de la mente. Es decir,  es un proceso donde se habilita nuestra capacidad para entender que el resto de las personas son también seres pensantes como nosotros, con deseos, intenciones, expectativas y vidas paralelas que ruedan al mismo tiempo que la nuestra. En ese proceso además entendemos que el resto de personas nos representan y evalúan en su mente (con la presión que eso supone).

¿Te reían las gracias de pequeño?

Sin duda, en el hecho de ser o no muy vergonzoso, tiene mucho que ver con cuál era la respuesta del contexto que te rodeaba con respecto a las acciones y decisiones que cometías.

Mediante la interacción con los demás vamos interiorizando a lo largo de la vida unas pautas de comportamiento. Un protocolo social que nos dicta que “se puede o no” hacer en cada situación. Es por eso que, aquellas personas en cuya infancia disfrutaron de relaciones sociales que le premiaban la expresión libre de sus impulsos no suelen tener tantos problemas ya de adultos para lidiar con situaciones que sí que suponen una fuente de estrés y vergüenza para aquellos otros que escuchaban a menudo frases como “compórtate bien” o “no hagas el tonto” desde pequeños.

El protocolo de conducta que interiorizamos a través de esas experiencias nos sirve para tener la capacidad de medir nuestro ajuste al contexto lo cual supone una herramienta útil para convertirnos en personas psicológica y socialmente adaptadas al medio.

Sin embargo, la vergüenza es una respuesta limitante y contraproducente resultado de ese proceso necesario. Cuando comparamos nuestro comportamiento con el que creemos que se espera de nosotros y nos fijamos más en lo que fallamos que en lo que acertamos, es cuando surge en nosotros el sentimiento de vergüenza.

La vergüenza es limitante en el sentido de que es una sensación de malestar intenso que al igual que meter los dedos en el enchufe, nos genera aversión a lo que acaba de pasar y probabiliza que en el futuro no nos atrevamos a actuar de esa forma.

Evidentemente en el caso del enchufe aprender a no electrocutarnos es un aprendizaje conveniente pero en el caso de la vergüenza las valoraciones que hacemos son más subjetivas y a menudo aprendemos erróneamente a que no tenemos que actuar lo que perjudica también a nuestra autoestima. La vergüenza supone así un alimento de miedo que anula nuestra pro-actividad y expresión propia.

¿Quieres saber cómo remediar la vergüenza?

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¿Influyen los pensamientos negativos en nuestras emociones?

¿En busca de tu propósito de vida?

La vida de cada hombre tiene una meta peculiar, hacia la que conduce un camino que no se presenta sino una sola vez. El hombre tiene en cada una de las situaciones de su vida un único camino peculiar trazado de antemano, por el cual puede llegar a la realización de sus más particularidades posibilidades.

En palabras de Viktor Frankl podría leerse así:

“No existe ninguna situación en la que la vida deje ya de ofrecernos una posibilidad de sentido, y no existe tampoco una persona para la que la vida no tenga una tarea dispuesta.” Viktor Frankl.

En OrientaSer te brindamos orientación para que te pongas en la búsqueda y realización de tu sentido de vida.

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¿Libre o condenado?

FotoJet(1)¿Cómo te sientes respecto a lo que eres? ¿sabías que no estás condenado a ser cómo eres? ¿crees que la vida te presenta múltiples posibilidades de realización personal?

La grandeza de la libertad no está exenta de riesgos, incluso de resultados altamente negativos. Pero es mejor vivir en un mundo donde es posible escoger que en un mundo donde todo está determinado.

Nos gustaría contar con la oportunidad de conversar estas y otras interrogantes contigo. Contáctanos por facebook, twitter o Instagram.

Te brindamos orientación y entrenamiento para que ejercites tu libertad. Atrévete a tomar las riendas de tu existencia.

OrientaSer

 

¿Ansiedad?

FotoJet(2)La ansiedad es una respuesta del organismo caracterizada por la presencia de temor e inquietud ante una situación muchas veces inespecífica o con motivo de alguna preocupación más o menos probable.

La ansiedad, como el resto de emociones, es en un principio una respuesta adaptativa porque pone a disposición de nuestro cuerpo una importante cantidad de recursos excepcionales como por ejemplo mayor cantidad de oxígeno. Pero cuando esta respuesta es demasiado frecuente, intensa o duradera pueden aparecer efectos adversos y por supuesto la persona lo puede experimentar como muy negativo.

La ansiedad se manifiesta en tres niveles de respuesta:

  • A nivel de pensamientos: pensamientos sobre la incapacidad de enfrentarse a la situación, pensamientos sobre la negatividad del suceso y anticipación de acontecimientos negativos entre otros.
  • A nivel fisiológico: son frecuentes las taquicardias, sudoración, tensión muscular, opresión torácica, hiperventilación (ritmo respiratorio acelerado que se acompaña de la sensación de asfixia), sequedad de boca, temblor de manos, etc. Si la respuesta de ansiedad es muy frecuente y duradera pueden aparecer trastornos psicofisiológicos como por ejemplo trastornos intestinales, problemas dermatológicos, trastornos estomacales, cefaleas tensionales, etc.
  • A nivel comportamental: se trata del repertorio de conductas que la persona pone en marcha para evitar o escapar de la situación que le produce ansiedad; si optase por no poner en marcha esas conductas, otras respuestas que podrían aparecer serían inmovilidad o inquietud motora.

La ansiedad en general aparece como el síntoma principal de multitud de problemas psicológicos entre los que podemos destacar por ser los más frecuentes:

  • Estrés
  • Trastorno obsesivo compulsivo
  • Ansiedad generalizada
  • Ataques de ansiedad con o sin agorafobia
  • Trastorno por estrés postraumático

Tratamiento para la ansiedad en adultos

Las técnicas que ponemos en marcha, están enmarcadas en la logoterapia y en la terapia cognitivo conductual, ya que consideramos que la combinación de estas terapias son más eficaces para el abordaje de la ansiedad en adultos. Los principales pasos que se dan en el tratamiento, una vez encuadrado el problema de ansiedad, son los siguientes:

  • Aplicación de la técnica derreflexión.
  • Aplicación de la técnica intención paradójica
  • Mejorar el conocimiento y la comprensión que el paciente tiene de la ansiedad con el objetivo de erradicar ideas erróneas sobre la misma e incrementar su percepción de control sobre su situación.
  • Entrenar al paciente en alguna técnica de relajación concreta.
  • Someter a discusión los pensamientos erróneos que propician la aparición de la respuesta de ansiedad.
  • Técnicas concretas en función del tipo de trastorno del que se trate: reducción de las conductas de escape y de evitación; exposición a situaciones temidas; entrenamiento en la técnica de solución de problemas, entrenamiento en toma de decisiones.

Contáctanos ahora o Síguenos en Twitter: @OrientaSer  /  Instagram: @orientasser

 

Un debut poco usual

FotoJet(4)La sexualidad del adolescente

Cada vez son más los padres o las madres que se acercan a OrientaSer preocupados por el debut sexual de su hijo o hija. Es así como surge esta realidad a atender y se convierte en un verdadero proceso para los padres y/o madres; el cual comienza por descubrir qué saben nuestros hijos o qué deberían saber antes.

Los padres pretenden muchas veces una única respuesta, en otras oportunidades esperan y demandan soluciones generalizadas, todo esto con la finalidad de calmar la ansiedad. Sin embargo, creemos en OrientaSer que lo importante es trabajar en algunas líneas de reflexión que ayuden a orientar y a acercar a padres e hijos en este tema.

Desde hace un tiempo, el despertar sexual del adolescente se ha reducido a la única cuestión del cuidado anticonceptivo o a un tema de profilaxis, sin embargo, la falta en el seguimiento de los adolescentes, por parte sus padres tiene una incidencia directa en la manera en que, esos adolescentes podrán darse el tiempo que necesitan para madurar lo suficiente y asumir, a su tiempo, el inicio a la sexualidad como otra parte de su existencia, como será descubrir su vocación y su rol social.

OrientaSer cuenta con un programa de atención dirigido a padres y madres en el cual se facilitan las herramientas conductuales y logoterapéuticas que estos pueden implementar en el aquí y el ahora del adolescente, con la finalidad de brindar unas líneas de atención y orientación a sus hijos e hijas en al ámbito sexual al cual se enfrentan.

Contáctanos vía online, para iniciar este programa.

¿Te fascina vivir de queja en queja?

quejas 2El ser humano es práctico y rápido para quejarse, es un hábito casi “natural”. Estando apenas en pañales, ya mostramos los primeros pasitos en el camino de la queja; en esta etapa cuando algo no nos gusta o no cumple con nuestras altas expectativas, simplemente nos quejamos hasta tal punto que nuestros más cercanos nos llaman la quejona o el quejón. Al pasar los años, las cosas toman otra tonalidad más moderada y resulta que aprendemos a quejarnos menos y hacer más. Sin embargo, existen personas que se instalan en la queja y sienten un alto confort en medio de ella y descubren que les fascina vivir de queja en queja.

¿Qué significa vivir de queja en queja?

Son personas que invierten gran parte de su tiempo en ver única y recurrentemente  los aspectos negativos de las circunstancias. Nunca están satisfechos y permanentemente se encuentran en un estado de búsqueda de nuevas recriminaciones en todos los ámbitos de su vida, sea que realizan la acción ellos u otros. Este tipo de persona no solo limita su propio disfrute de la vida, sino que también afecta al resto de las personas.

Al parecer y a primera vista, se observa esta situación como algo negativo y que nadie optaría por estar al lado de una persona con este tipo de hábito. Sin embargo, para el “quejón” o la “quejona” es una posición muy cómoda y que proporciona beneficios interesantes a la propia persona por lo que cuesta ser conscientes de ésta postura.

El permanecer de queja en queja, puede traer cierto beneficio, ya que impulsa a los demás a estar más pendientes del “quejón” y le absuelvan de tareas o responsabilidades, es decir, terminen realizando más cosas por él o ella. Por lo tanto, al final de tanta queja, se consigue cierta atención y lo que permite crear una falsa sensación de confort.

¿Tiene alguna consecuencia vivir de queja en queja?

Aunque ya hemos comentado algunas de ellas, es importante destacar que el hecho de vivir en la queja conlleva otras consecuencias negativas tanto para la propia persona como para su alrededor. Algunos ejemplos son:

  • Disminución de la capacidad resolutiva, puesto que se centra en el problema pero no en la búsqueda de soluciones.
  • Cansancio
  • Visión negativa del mundo y del entorno
  • Desmotivación o desilusión en general
  • Dependencia hacia las otras personas, ya que la persona se apoya en los demás para que resuelvan sus problemas o le planteen posibles soluciones.

 

¿Qué debo cambiar para salir de la queja?

Ciertamente, lo primero que se debe reconocer es que se está viviendo la vida de queja en queja; es decir, se requiere ser consciente del hábito. Este hábito, aunque puede ser muy evidente para las personas del entorno, cuesta de reconocerlo en uno mismo. Por lo tanto, es necesario e importante mantener una actitud de análisis del  propio discurso y de los comentarios de los demás, para ver si la persona vive centrada en las soluciones o, por el contrario, en los problemas.

Por otro lado, es importante tener presente los beneficios que se alcanzan por las quejas, para así poder decidir libremente si son prescindibles para uno mismo. Se debe tener en cuenta que al final, la decisión depende de cada quien y todas las formas de vivir son lícitas, aunque deben ser operativas.

Claro estos puntos, es importante empezar a reducir las quejas. Ser conscientes de cada vez que se queja para poder modificar el pensamiento o la frase por un mensaje más positivo o resolutivo. Por ejemplo, ante la queja frecuente de “no llego a final de mes”, intentar cambiar el chip y valorar: “Es verdad, mis cuentas van justas; ¿pero qué puedo hacer para cambiar eso?” ¿Hay algo de lo que pueda prescindir a corto plazo? ¿Puedo dejar de tomar el café en la panadería cada día?” Voy a tomar el café en la panadería solo los lunes.

De gran relevancia en este proceso (intentar cambiar el chip negativo) es dejar el mensaje pasivo de la queja, para poder pasar a la acción. Es decir, ante cualquier queja lo que se ha de poder conseguir es aceptarla, en caso de ser una realidad, y valorar qué puedo hacer con ello.